Hay figuras que han cambiado por completo el mundo, pero son desconocidas porque suelen estar a la sombra de otros que han logrado más fama que ellos. Si hablamos de informática, los nombres que se nos vienen primero a la cabeza son los de Bill Gates y Steve Jobs. Tal vez también el de Steve Wozniack, compañero del genio de Apple, o el de Paul Allen, la mano derecha de Gates en Microsoft. Son personas que han logrado una fama merecidísima, y también una enorme fortuna, como punta de lanza de la nueva era de las telecomunicaciones y la tecnología. Sin embargo, no fueron los únicos, y otras figuras, tal vez igual de brillantes e incluso de importantes en el desarrollo de todo este sector, han quedado ensombrecidas por estas arrolladoras personalidad. Y no ha sido precisamente por falta de personalidad, sino más bien, por no saber o no querer encajar en el sistema.
Richard Stallman, coetáneo a estos genios informáticos, es una de las mentes más avanzadas y brillantes dentro del campo de la tecnología. Licenciado magna cum laude en la prestigiosa universidad de Harvard y colaborador del MIT desde sus primeros años en la universidad, Stallman iba camino de convertirse en una estrella. Sin embargo, su forma de ser, mucho más cerrada que la de otros informáticos, y su visión sobre el software libre, le llevaron por un camino muy distinto al de Gates o Jobs. Él no buscaba ser un multimillonario, sino alguien que pudiera ofrecer a los usuarios los programas que se merecían, de la forma más libre posible. Así es como fundó la FSLG, justo al crear el sistema operativo Linux, que hoy en día es uno de los más utilizados en el mundo como alternativa a Mac y Windows. La vida de Stallman no ha estado exenta de grandes sobresaltos, y sus polémicas también han llegado a ensombrecer parte de su historia como programador. En este artículo queremos realizar una visión profunda de la figura de Stallman, para comprobar si las acusaciones que se han vertido sobre él en los últimos años son reales o solo una forma de apartarle de su camino.
Continúa leyendo…